Martínez Alesanco: la apuesta por el terruño de la nueva generación

Pilar y Pedro Torrecilla convierten la bodega familiar en un auténtico taller de experimentaciones con las variedades autóctonas y la identidad de Badarán como protagonistas

Nada que Ver. Con esta declaración de intenciones, Bodegas Pedro Martínez Alesanco presentó hace unos años su vino varietal de maturana tinta, una uva rescatada en el proyecto de recuperación de variedades minoritarias, con la que la bodega de Badarán está haciendo bandera de sus tintos después de una década de trabajo y experimentaciones. Pilar Torrecilla lleva el testigo enológico de la bodega familiar con la actualización de la gama tradicional (crianza y reserva) y el lanzamiento de nuevos vinos, como el indicado Nada que Ver: “Llevo trabajando desde el 2001 en la bodega y, poco a poco, hemos ido adaptando las cosas, con mucho trabajo en el viñedo y en la selección y con una clara apuesta por las variedades autóctonas”, explica Pilar. Martínez Alesanco es una bodega de viticultores, que cultiva 80 hectáreas de su propiedad. Abandera una nueva generación de vinos en los que la nueva variedad autóctona maturana tinta aporta una personalidad inconfundible: “El mazuelo y el graciano no se adaptan bien a nuestra zona y el descubrimiento de la maturana, con el profesor Fernando Martínez de Toda a partir del año 2004, ha sido un auténtico catalizador para nuestros vinos”, detalla Pilar Torrecilla. En este sentido, la enóloga defiende como el gran vino de la casa el Martínez Alesanco Selección, que incorpora tempranillo, maturana tinta y garnacha tinta en porcentajes prácticamente idénticos: “La garnacha no es la hermana pobre del tempranillo, se adapta perfectamente a la crianza si se cultiva y se trabaja bien; de la maturana ya hemos hablado suficiente, mientras que el tempranillo, en esta zona fresca, tiene una buena adaptación”.

La inquietud de Pilar y de su hermano Pedro, inmersos en una importante ampliación de bodega para trabajar con comodidad, ha convertido Martínez Alesanco en un auténtico taller de ideas y experimentaciones. Además de la gama tradicional (tinto, blanco y clarete joven) y de tintos criados (crianza, reserva y gran reserva), la bodega ha apostado por el Martínez Alesanco Fermentado en Barrica, elaborado mayoritariamente con viura y aporte de nuevas plantaciones de tempranillo blanco; junto con un singular Martínez Alesanco Rosado Fermentado en Barrica, un “capricho” y una apuesta personal de Pilar Torrecilla, en una de las escasas experimentaciones que hay en Rioja con los rosados y la madera. Recientemente ha sacado al mercado su primer ecológico (garnacha y tempranillo) con la idea de reconvertir poco a poco el cultivo hacia la producción orgánica, además de un “garnachazo” espectacular de un viejo viñedo de 1905. Pilar experimenta también con los nuevos espumosos de Rioja, en una zona ideal para este tipo de elaboraciones.