El subsuelo de San Asensio es un queso gruyer. Se calcula que hay unos 350 calados bajo sus calles, si bien son muy pocos los que se han rehabilitado y son menos todavía en los que se elabora vino. San Asensio es uno de los históricos municipios vitícolas de Rioja, donde en la actualidad conviven tres cooperativas con muy pocas bodegas comerciales. Una de ellas es Bodegas González Puras, al frente de la cual, en el punto más alto del barrio de bodegas, está el matrimonio formado por Esteban y Elena: “Empezamos la andadura con mi suegro, que desde los años 50 elaboraba vinos a granel para grandes bodegas y algunos bares”, recuerda Esteban. González Puras cultiva cinco hectáreas de viñedo propias en el entorno de San Asensio, aunque compra también algo de uva para completar sus elaboraciones, sobre todo el clarete tradicional de la localidad.
La bodega original, el calado, data del siglo XVI, aunque ha sido totalmente reformada y adaptada con las tecnologías actuales de elaboración. “No es el sitio más cómodo para elaborar, pero es un testimonio histórico al margen de que son los mejores lugares, en piedra natural, para el envejecimiento de los vinos”, explica Esteban. El pequeño calado de los González Puras está conservado a la perfección y junto con el patio trasero con vistas a los viñedos hacen que una visita a la bodega sea una opción más que agradable.
Bajo la marca González Puras, cuentan con una gama completa de vinos jóvenes (blanco, clarete y tinto), junto con un blanco selección de las uvas de viejos viñedos de más de 60 años. Elaboran también un crianza y un reserva. “Además de los vinos, la familia tiene también una línea propia de cosméticos, de vinoterapia: gel, bodymilk, exfoliante y crema hidratante con nuestras uvas, productos que vendemos en la bodega”, concluye Elena.