Viñedos Hermanos Hernáiz: rumbo al Norte

La familia Hernáiz reinventa la histórica Finca La Emperatriz, con una nueva gama de vinos que combina el terruño y el clasicismo de Rioja Alta del mayor viñedo singular de la región vitícola

Finca la Emperatriz (Baños de Rioja) es un terruño histórico que debe su nombre a Eugenia de Montijo, antigua propietaria, esposa de Napoleón III y emperatriz de Francia. Un pasado ligado a Burdeos desde el siglo XIX, que los hermanos Hernáiz, Eduardo y Víctor, han tenido muy presente a la hora de redefinir la esencia de la bodega. La familia Hernáiz adquirió la finca en 1996, aunque no elaboró su primer vino hasta la cosecha del 2000. Después de años de recuperar viejos viñedos, replantar otros y, sobre todo, de parcelar y entender un terruño atípico en Rioja, marcado por el suelo de cascajo y por las frías temperaturas, situaron en el mercado una colección de referencias basada en la clasificación tradicional de Rioja (crianza y reserva) y en parcelarios de viñas seleccionadas de la finca.

Este año, los hermanos Hernáiz han dado la vuelta a esta primera etapa, con la apuesta por dos únicas marcas, el Jardín de La Emperatriz y Finca La Emperatriz, ambas en versiones tinto y blanco. Por el camino se han quedado vinazos como el Viura Cepas Viejas, Terruño, Parcela nº1 o el varietal Garnacha Cepas Viejas, cuyas uvas ahora forman parte de sus dos únicas referencias: «Llevábamos ensayando desde el 2014 y el cambio se produjo con la añada 2016 para el Finca La Emperatriz y con la 2017 para el Jardín de la Emperatriz».

Finca La Emperatriz mira hacia al Norte, hacia Burdeos y al modelo de los míticos châteaux, pero también al pasado y a las propias raíces del terruño de Baños de Rioja: «La Emperatriz es una finca de cien hectáreas, conocida como 'La Viña' en el catastro del Marqués de la Ensenada de mediados del siglo XVIII y que fue adquirida en el XIX por Eugenia de Montijo, la última emperatriz de Francia», recuerda Eduardo Hernáiz. «Es decir, tenemos un pasado francés, pero lo importante –añadió– es el terruño, atípico y singular, marcado por un suelo muy pobre de cascajo y arenas, con un clima muy frío y con cosechas muy atlánticas, es decir, ideal para hacer vinos de largo recorrido, que envejecen muy bien y que no es otra cosa que lo que ha caracterizado históricamente a esta zona de Rioja Alta».

El Jardín de la Emperatriz tinto es uno de los crianzas mejor valorados de Rioja, mientras que la versión blanco muestra el extraordinario potencial y frescura de la zona para estas elaboraciones. La añada 2017 de Finca La Emperatriz, tanto tinto como blanco, sale al mercado con el marchamo de 'vinos de viñedo singular', con una selección de los viñedos más viejos de la propiedad y combinando tempranillo con garnacha y un pequeño porcentaje de viura en el caso del tinto y viuras de más de 60 años en el del blanco. Dos vinazos, elegantes y complejos contraetiquetados al tiempo como reservas.

Viñedos Hernáiz elabora además Las Cenizas, un contundente tinto de la selección de los viñedos más viejos, pura expresión del terroir de la localidad de Cenicero, junto con la gama El Pedal, vinos más frescos también con Cenicero, localidad de origen de la familia, y otros municipios de este entorno de Rioja Alta como protagonistas.