Viña Ane: los secretos de la Sonsierra

El matrimonio de Eduardo Monge y Lorena Garbati elabora una producción limitadísima con máximo esmero y cariño

En la misma puerta de Bodega del Monge-Garbati (Viña Ane) encontrará usted una pequeña viña de casi 121 años, donde Eduardo Monge le mostrará un compendio varietal histórico en Rioja: cepas de viura, malvasía, calagraño y teta de vaca (80 % de uvas blancas), entremezclados con otro 20 % de cepas tintas de tempranillo, graciano y garnacha francesa. Viña Ane es la bodega del matrimonio Eduardo Monge y Lorena Garbati, con su hija Ane como protagonista de las marcas de sus vinos.

Después de 22 años como transportista de vinos, en el año 2003 Eduardo decidió apostar por construir una pequeña bodega. Tiene en propiedad apenas 4,5 hectáreas (aunque compra algo de uva blanca), con lo que hablamos de producciones limitadísimas pero cultivadas con las manos de sus propietarios y elaboradas con máximo esmero y cariño.

El blanco Viña Ane Centenaria es quizá su vino más conocido y caracterizado por la complejidad que aportan las variedades históricas con las reposiciones de cepas de las nuevas castas autóctonas aprobadas por el Consejo Regulador de Rioja en el 2009 (11 variedades en total). El tinto Viña Ane Autor recoge las uvas tintas de sus viñedos en propiedad, mientras que Viña Ane Selección procede de dos parcelas de suelo arcillo calcáreo de la zona más alta de San Vicente.

El matrimonio elabora también un vino especial, el Laberinto, cuya etiqueta —como las del resto de los vinos— diseñó el conocido pintor José Uríszar: “Tanto la etiqueta como el nombre hacen referencia a la peculiaridad y dificultad de esta parcela”, explica Eduardo. En este sentido, a determinados viñedos de San Vicente (probablemente por algún defecto genético) se les conoce como cepas falsas: “Muchos años, cuando llega la floración, el viñedo se corre (mal cuajado) y da frutos insípidos y verdes”, explica el viticultor. “En el año 2009 el cuajado ligó perfectamente y, en principio, no le di importancia, pero, al probar unos granos antes de la vendimia, comprobé que era una explosión de fruta y decidimos elaborarla”. Así nació la primera añada del Laberinto Viña Ane. Una visita recomendada pues el viticultor conoce a la perfección los lagares históricos de elaboración y las necrópolis de la Sonsierra.